2020/09/24 - 09:45

Ante los estragos causados a nivel mundial por la pandemia de coronavirus, de manera muy significativa en la pérdida de casi un millón de personas, de las que destaco que más del cincuenta por ciento (542,000) eran habitantes del continente americano; y frente al alargamiento, permanencia e incluso rebrote de la misma, una de las grandes preocupaciones de la agenda ecológica internacional, consiste en abordar con otros paradigmas la reconstrucción de la dinámica social y económica, conforme va cediendo el grave problema de salud pública.

La economía global está sin duda devastada por las medidas de salvaguarda de la vida instrumentadas por los gobiernos, los productos internos brutos de todos los países han descendido de manera alarmante, situación que representa un gran reto para todas las naciones dado que este hecho se relaciona directamente con el aumento de población en situación de pobreza y de pobreza extrema; la productividad y el comercio internacionales han descendido drásticamente; el sistema escolarizado apunta un año perdido para los educandos, pero para muchos de ellos serán años adicionales de retroceso; los ingresos de los países han caído varios dígitos y el endeudamiento de los Estados para sobrellevar la crisis global es impresionante.

La pandemia ha causado la interrupción de la economía mundial como nunca antes en la historia contemporánea se había registrado, pero también ha permitido plantear la colaboración entre gobiernos, corporativos, inversionistas y desarrolladores de tecnologías, ante la inminente necesidad de visualizar el uso de tecnologías limpias como un factor indispensable para mantener el paso evolutivo de la humanidad, sin continuar destruyendo el planeta que nos alberga.

Muchas lecciones, y en todos los órdenes, tenemos que aprender de esta inesperada pandemia que ha trastocado nuestro comportamiento. Ante esta coyuntura tenemos la obligación de replantearnos el diseño de políticas públicas que conduzcan al desarrollo de una economía más robusta fincada en la sostenibilidad y la resiliencia.

Abordar la reconstrucción global tras el Covid-19 es el tema que se analizará en la Semana del Clima de Nueva York, 2020, (Climate Week NYC) que se llevará a cabo en esta ciudad entre los días 21 y 27 de este mes. Este encuentro está organizado por la Organización de las Naciones Unidas, el ayuntamiento de la ciudad de Nueva York y The Climate Group que es un organismo no gubernamental con misión medioambiental que trabaja con la intención de acelerar la concientización universal de atención a los problemas relacionados con el cambio climático.

El objetivo de esta reunión, a la que asistirán vía remota líderes del mundo empresarial, de la sociedad civil y de los gobiernos, así como organizaciones internacionales, consiste en debatir las estrategias que permitan reconstruir la economía internacional teniendo como prioridad la visión de frenar el calentamiento global y reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero a la mitad del día de hoy al año 2030.

La agenda de trabajo de esta Semana del Clima de Nueva York se estructuró en torno a diez grandes temas, a cuál más estratégico para el futuro inmediato: 1. Finanzas, inversión y empleo. 2. Transporte e infraestructura. 3. Transición hacia energías limpias. 4. Industria y construcción. 5. Política

internacional y de los Estados Unidos con respecto al medio ambiente. 6. Alimentación y uso de la tierra. 7. Movilización pública y justicia. 8. Viajes y turismo sostenible. 9. Naturaleza y ciencia, 10. Impactos climáticos y resiliencia.

Los trabajos de esta edición de la Semana del Clima se repartirán en alrededor de 350 actividades que serán organizadas de manera virtual. Uno de los eventos principales será el análisis de las propuestas de la organización medioambiental Nest Summit que serán presentadas por los estudiosos y políticos más influyentes en el ámbito de la sostenibilidad y la ampliación de la conciencia climática en la Unión Americana y el mundo. Esta institución ejerce gran influencia en ámbitos como educación, interrelación y corresponsabilidad entre las empresas y organizaciones relacionadas con el análisis de las medidas de protección del medio ambiente, y el seguimiento de los progresos de programas y prácticas relacionadas con la sostenibilidad.

En esta reunión The Climate Group dará especial importancia al rol que juegan las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMES) para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, en tanto representan el 90 por ciento de las compañías establecidas en el mundo que generan más de dos mil millones de puestos de trabajo. A pesar de estas cifras no han sido atendidas como debiera ser en las iniciativas de acción climática.

La Organización de las Naciones Unidas, en coordinación con The Climate Group, han diseñado el programa Race to Zero, a través del cual cuentan ya con serie de herramientas y un fondo con incentivos comerciales directos y recursos especiales para ayudar a los empresarios a recuperar sus PyMES que han sido severamente afectadas por la pandemia, impulsando en ellos la resiliencia, y ayudándoles a adoptar procesos productivos que reduzcan emisiones de gases y contaminación.

Las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPyMES) en México, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, en septiembre de 2019, ascendían a un total de 4’169,677 con una participación en el mercado del 97.3 por ciento. Este sector económico ha sido golpeado muy directamente por la pandemia del Covid-19 y el apoyo que ha recibido del Estado o de las cámaras comerciales o industriales de referencia ha sido prácticamente nulo. Sobrevivir sin trabajar, asumiendo los gastos como si nada estuviera sucediendo, es misión imposible a menos que estas empresas contaran con un fondo de ahorro, lo cual representa una hipótesis muy aventurada.

No existen datos que nos permitan saber cuántas MIPyMES han logrado sobrevivir en nuestro país o cuántas han tenido que cerrar sus puertas aun tratándose de empresas familiares, pero lo que sí es un hecho es que tenemos que salir socialmente al rescate de las sobrevivientes y al apoyo de creación de nuevas en sectores de vanguardia como aquellos relacionados con las cadenas de suministro mundiales, teniendo como paradigma la mínima emisión de gases de efecto invernadero.