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De buenas intenciones...

Mirna Ambrosio Montoya - Construyendo Con-Ciencia

2020/07/27 - 11:45

Ayer vi en el Facebook el siguiente mensaje:

AVISO IMPORTANTE A LA COMUNIDAD:

De la manera más atenta, los empleados de Limpieza y recolectores de #basura piden que las familias que tengan un familiar enfermo de COVID-19, separen la basura de su enfermo y lo coloquen en una bolsa con listón rojo y rociarla con un desinfectante.

Por favor hay que apoyarlos para que puedan cumplir con más eficiencia su trabajo, pero sobre todo cuidarlos porque son humanos igual que nosotros que necesitamos de ellos!. Su familia los espera.

???? Por favor difunda la publicación.

 

Lo compartieron unas amigas de en otras ciudades, luego lo comente con una amiga de Misantla y nos pareció buena idea sugerir esto para el municipio de Misantla. Sin embargo, al investigar si esto surgió realmente de algún grupo de trabajadores, si al recolectar este tipo de residuos se les da el tratamiento adecuado o simplemente son depositados junto con los residuos domésticos, resulta que no hay nada, por lo que pasa a ser una buena intención de alguien en el Facebook.

 

Pues bien, la idea es buena siempre y cuando sea realizada de acuerdo la NOM 087-SEMARNAT-SSA1-2002 emitida por la Secretaría de Medio Ambientes y Recursos Naturales (SEMARNAT) y por la Secretaría de Salud, en donde se establecen los lineamientos para la separación, envasado, almacenamiento, recolección, transporte, tratamiento y disposición final de los Residuos Peligrosos Biológico Infecciosos. Esta norma se estableció con la finalidad de que, en los hospitales y otras instalaciones sanitarias, se pudiera garantizar la salud del personal médico, de los trabajadores en general y de los pacientes. Así como evitar

accidentes o contaminación derivada del mal manejo de estos residuos. Es por ello que los hospitales y otros sitios de atención sanitaria cuentan con un plan de manejo de dichos residuos, que va desde como separarlos de acuerdo a una clasificación basada en el origen y los riesgos que representan, las bolsas y los recipientes utilizados para su envasado deben cumplir con disposiciones mínimas de color, tipo de material, resistencia a la tensión, resistencia al rasgado, resistencia a la penetración y marcado. Igualmente, deberán estar marcados con el símbolo universal de riesgo biológico y la leyenda: “Residuos Peligrosos Biológico-Infecciosos” y deberán ser ubicados solamente en los lugares donde se generen estos residuos y no podrán ser mezclados con ningún otro tipo de recipientes o bolsas. Para esto existen empresas dedicadas a la colecta de dichos residuos, avaladas por la SEMARNAT, con los permisos necesarios para realizar esta actividad.

Sin embargo, en nuestro pueblo nadie ha explicado sobre el manejo de este tipo de residuos y en ocasiones son depositados en el mismo bote de la basura de las casas, sobre todo cuando los enfermos son atendidos en sus domicilios. Las jeringas, residuos punzocortantes, suelen ser los más comunes y son los más peligrosos, ya que, si alguien llegara a pincharse con alguno de estos materiales infectados, podría contagiarse de algún tipo de hepatitis, VIH u otro padecimiento. En estos casos son los señores recolectores los más expuestos.

 

Pues bien, ahora analicemos lo que pasa en estos momentos. Resulta que a partir del inicio de la pandemia se incrementó el uso de cubrebocas, guantes de latex, utensilios desechables, toallas húmedas con desinfectante, mascarillas o materiales de protección infectados, entre otros. Estos son generados fuera de hospitales e instituciones sanitarias, pues gran parte de la población está utilizando dicho material como protección y prevención, por lo que no se les hada dado el debido manejo, como resultado observamos en la calle cubrebocas, guantes, etc. pues a la gente se les hace fácil tirarlos donde sea.

No importa que quien tiré estos residuos sea una persona no contagiada por el covid.19, recordemos que existen muchos virus y bacterias en nuestro entorno, así que debemos ser cuidadosos para no generar otras complicaciones de salud.

Lo anterior genera un problema complejo de contaminación, no solo para el ambiente sino para la salud de los humanos, ya que un manejo incorrecto del volumen de residuos que se generan cada día puede ocasionar un “efecto de rebote”, por lo que es de vital importancia la gestión y disposición final de forma segura como parte de una respuesta efectiva a la emergencia que estamos viviendo.

Por lo que es necesario se apliquen normas de protección al medio ambiente y a la salud humana, en todo el proceso de manejo de dichos residuos. Si bien es cierto que los ciudadanos debemos separar este tipo de residuos y evitar que sean mezclados con las toneladas de residuos sólidos de origen doméstico, corresponde a las autoridades aplicar las normas y gestionar el manejo y destino final de estos residuos peligrosos. Pudiera ser que la falta de recursos o de experiencia en cuanto a la elaboración de las normas sean un factor que afecte la capacidad de tratar los desechos biomédicos y sanitarios en los municipios, no solo de Veracruz, si no de todo el país.

La situación es grave si la basura contaminada se acumula en las calles, en los tiraderos clandestinos y en el basurero municipal, porque el COVID-19, de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud, permanece hasta 3 horas en el aire después de su dispersión, y hasta 4 horas en superficies de cobre, 24 horas en cartón, o incluso tres días en plástico y acero inoxidable.

El manejo seguro de esos desechos biomédicos y sanitarios es esencial para la salud comunitaria y la integridad del medio ambiente.

 

Por lo tanto, los desechos que se generan en el ámbito del hogar como son guantes, mascarillas, cubrebocas, medicamentos caducos, etc. deben separarse de la basura doméstica y deben ser recolectados por operadores municipales capacitados para tal fin u operadores de gestión de residuos especializados.

Rolph Payet, Secretario Ejecutivo de los Convenios de Basilea, Rotterdam y Estocolmo, llamó a todos los sectores de la sociedad a unirse para derrotar al virus y reducir su impacto humano y económico alrededor del planeta:

"Al abordar este desafío enorme y sin precedentes, insto a los responsables de la toma de decisiones en todos los niveles, internacional, nacional, municipal, urbano y distrital, a que hagan todo lo posible para que la gestión de residuos, incluidas las fuentes médicas y domésticas, sea una prioridad y se garantice el mínimo impacto de estos flujos de residuos potencialmente peligrosos sobre la salud humana y el medio ambiente", señaló Payet.

 

Nota sobre el Convenio de Basilea

El Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación es el acuerdo ambiental internacional más completo sobre desechos peligrosos y otros desechos, y es casi universal, ya que cuenta con 187 Partes. Con el objetivo general de proteger la salud humana y el medio ambiente contra los efectos adversos de los desechos peligrosos y otros desechos, su alcance abarca una amplia gama de residuos definidos como "peligrosos" en función de su origen y/o composición y características, así como dos tipos de residuos definidos como "otros desechos": desechos domésticos y cenizas de incineradores.

La Secretaría de los Convenios de Basilea, Rotterdam y Estocolmo alberga los tres principales acuerdos ambientales multilaterales que rigen los productos químicos peligrosos y los desechos, a fin de proteger la salud humana y el medio ambiente.

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