2025/06/11 - 09:24

Emiliano Sesma.- En las elecciones municipales de 2025 en Veracruz, un fenómeno destaca por encima de muchos: el relevo generacional en la política. Un total de treinta jóvenes fueron electos como presidentes municipales, un hecho que no solo refleja una mayor participación de este sector, sino que también señala un cambio profundo en la manera en que se concibe el liderazgo político en el estado. Este dato es una luz de esperanza en un contexto donde la política, históricamente dominada por figuras tradicionales, comienza a abrirse a nuevas ideas, perspectivas y energías.

La participación de los jóvenes en la política es fundamental para revitalizar la democracia. Las nuevas generaciones traen consigo una visión fresca, menos anclada en prácticas del pasado y más alineada con los retos actuales: el cambio climático, la digitalización, la inclusión social y la lucha contra la corrupción. Los jóvenes no solo representan el futuro, sino que son agentes de cambio en el presente, capaces de cuestionar estructuras obsoletas y proponer soluciones innovadoras. En Veracruz, donde los desafíos sociales, económicos y de seguridad son apremiantes, la incursión de líderes jóvenes en los ayuntamientos puede ser el catalizador para políticas más dinámicas y cercanas a la ciudadanía.

Además, la presencia de jóvenes en la política rompe con el estereotipo de que este ámbito es exclusivo para personas mayores o con trayectorias extensas. La elección de 30 alcaldes y alcaldesas jóvenes en 2025 demuestra que la ciudadanía veracruzana está dispuesta a confiar en la capacidad de las nuevas generaciones, valorando su preparación, compromiso y voluntad de transformar sus comunidades. Este relevo generacional no es solo un cambio de edad, sino un símbolo de esperanza y renovación.

Un ejemplo inspirador de este movimiento es el de Miguel Ángel Grajales Mateo, quien se convirtió en un candidato independiente en ganar una alcaldía, específicamente en el municipio de Zaragoza. Su victoria, con más de 2mil de los votos, es un hito histórico que resalta el poder de la ciudadanía para romper con las estructuras partidistas tradicionales. Grajales Mateo, un joven con una visión clara y un compromiso genuino, demostró que es posible hacer política desde la independencia, basándose en propuestas concretas y en una conexión directa con las necesidades de su comunidad.

Su triunfo no solo es una victoria personal, sino un mensaje poderoso para los jóvenes de Veracruz y de México: la política no está reservada para los partidos establecidos ni para las élites. La historia de Grajales Mateo nos recuerda que el cambio es posible cuando se combina la valentía, la autenticidad y el respaldo ciudadano. Su caso es un ejemplo de cómo los jóvenes, al margen de las estructuras tradicionales, pueden abrir brechas y demostrar que la política es un espacio para todos.

El relevo generacional en Veracruz, con 30 alcaldes y alcaldesas jóvenes y casos como el de Miguel Ángel Grajales Mateo, es una señal de que la política está evolucionando. Sin embargo, este avance debe ir acompañado de apoyo, capacitación y un compromiso real de los partidos y las instituciones para incluir a los jóvenes en los procesos de toma de decisiones. La juventud no solo debe ser vista como un símbolo de cambio, sino como una fuerza activa y preparada para liderar.

La participación de los jóvenes en la política veracruzana es un paso crucial hacia una democracia más incluyente y dinámica. Casos como el de Miguel Ángel Grajales Mateo nos inspiran a creer en el poder de las ideas nuevas y en la capacidad de la ciudadanía para apoyar liderazgos auténticos. El futuro de Veracruz está en manos de quienes, con energía y visión, están dispuestos a transformar sus municipios. Por lo que hay que ponerle fecha al momento que vivimos para que la juventud lidere, y que la sociedad confíe en su potencial para construir un mejor mañana.