Misantla, Ver. | 2025/06/12 - 10:29

Emiliano Sesma.- Los Ángeles, California, se convirtió en el epicentro de intensas protestas durante el fin de semana del 6 al 9 de junio de 2025, tras una serie de redadas migratorias ejecutadas por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE). Cientos de manifestantes, incluidas familias con niños, salieron a las calles para rechazar los operativos federales y la presencia de la Guardia Nacional, enviada por orden del presidente Donald Trump. Las manifestaciones, que comenzaron frente al Ayuntamiento y se desplazaron hacia un edificio federal que alberga una cárcel de ICE, reflejaron la indignación de una comunidad diversa, donde se estima que cerca de un millón de los diez millones de habitantes del condado son indocumentados, en su mayoría trabajadores.

La tensión escaló cuando los manifestantes bloquearon la Autopista 101, interrumpiendo el tráfico durante varias horas. La policía local recurrió a gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para dispersar a la multitud, mientras los manifestantes ondeaban banderas de diversos países, incluida la estadounidense, como símbolo de la multiculturalidad de Los Ángeles. Las autoridades reportaron al menos 150 detenciones en la ciudad desde el viernes, aunque el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) no confirmó arrestos específicos el domingo. Por su parte, Trump acusó a la "izquierda radical" de orquestar las protestas y anunció la prohibición de máscaras en las manifestaciones, intensificando el discurso contra los opositores a sus políticas migratorias.

El presidente Trump, en un mensaje en Truth Social, describió a Los Ángeles como una ciudad "invadida y ocupada por inmigrantes ilegales y criminales", defendiendo el despliegue de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional y 700 marines como una medida para "restaurar el orden". Esta decisión, tomada sin el consentimiento del gobernador de California, Gavin Newsom, provocó una fuerte reacción. Newsom calificó el envío de tropas como una "fantasía desquiciada" y anunció una demanda contra la administración Trump, argumentando que viola la soberanía estatal. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, también criticó las redadas, afirmando que siembran "terror" en la comunidad, aunque instó a los manifestantes a evitar la violencia.

Las redadas, que forman parte de la estrategia de deportaciones masivas de la administración Trump, se concentraron en áreas como el distrito textil y comercios como Home Depot, generando pánico entre los trabajadores. Activistas como Angélica Salas, de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes, denunciaron que los operativos buscan "aterrorizar" a las comunidades. Mientras tanto, la retórica de la Casa Blanca, liderada por figuras como Stephen Miller, calificó las protestas de "insurrección", avivando el debate sobre el uso de la fuerza militar en un contexto de tensión política y social.

A medida que las protestas persisten, California se prepara para más enfrentamientos, con líderes demócratas y activistas pidiendo resistencia pacífica. La situación en Los Ángeles pone en evidencia el choque entre las políticas migratorias de Trump y las comunidades locales, en una ciudad conocida por su diversidad y su estatus de "santuario". Este conflicto, que ha captado la atención nacional e internacional, podría escalar aún más si la Casa Blanca decide invocar la Ley de Insurrección, como sugirió Trump, lo que permitiría un despliegue militar más amplio en territorio estadounidense.