2024/12/18 - 09:30

Emiliano Sesma.- El reciente Reporte sobre las economías regionales del Banco de México (Banxico) para el periodo de julio a septiembre de 2024 pone en evidencia los retos que enfrentan las diferentes regiones del país, destacando la gobernanza y la inflación como los principales obstáculos para el crecimiento económico. La recopilación de datos, realizada a través de la Encuesta sobre las Economías Regionales (EMAER), revela preocupantes tendencias que merecen un análisis profundo, especialmente en un contexto donde la incertidumbre política y la inseguridad son factores cada vez más presentes.

En el sur de México, la inflación se ha convertido en una carga que no da tregua. A pesar de los esfuerzos por estabilizar los precios, los representantes empresariales consultados han señalado que esta problemática sigue siendo uno de los principales factores que obstaculizan el crecimiento. La persistente alza en los precios de insumos y materias primas es un tema recurrente, y aunque en otras regiones se ha notado una disminución en las menciones a la inflación, en el norte se ha mantenido constante, lo que sugiere que la dinámica económica es desigual y compleja.

Por otro lado, la gobernanza se posiciona como el factor más mencionado en todas las regiones, evidenciando un aumento en la preocupación por la incertidumbre política interna. Este clima de inestabilidad no solo afecta la confianza de los inversionistas, sino que también limita la capacidad de las empresas para planificar y crecer. La falta de un entorno político estable es un freno que, como se observa en el reporte, se ha intensificado en comparación con levantamientos anteriores.

El tercer trimestre de 2024 mostró una expansión en la actividad económica, especialmente en el norte y en las regiones centrales, gracias a un notable crecimiento en las actividades primarias y secundarias. Sin embargo, el sur experimentó un debilitamiento, lo que pone de manifiesto la desigualdad regional en el desarrollo económico. La caída en algunos sectores industriales y el estancamiento del comercio y el turismo en esta área son indicadores de que las políticas públicas y las estrategias de desarrollo deben ser revisadas y adaptadas a las realidades locales.

A nivel sectorial, el informe también arroja luz sobre la intensiva utilización del agua en las actividades productivas y la dispersión salarial en las regiones. La dependencia de la importación de productos agropecuarios, que requieren altos volúmenes de agua, resalta la necesidad de una gestión hídrica más eficiente. Además, la disminución de la dispersión salarial en los últimos años sugiere que hay un camino hacia la equidad, aunque aún queda mucho por hacer para abordar las diferencias que persisten entre regiones.

En resumen, el Reporte de Banxico no solo destaca problemas económicos, sino que también plantea interrogantes sobre la dirección que deben tomar las políticas económicas y sociales en México. La invitación al lector es para que le ponga fecha a que la gobernanza y la inflación son dos caras de la misma moneda que, si no se abordan de manera integral, seguirán limitando el potencial de crecimiento de las economías regionales. Es imperativo que las autoridades y los actores económicos trabajen juntos para crear un entorno más estable y propicio para el desarrollo, donde cada región pueda maximizar sus oportunidades y contribuir al bienestar del país en su conjunto.