2024/10/30 - 09:17

Emiliano Sesma. -La economía mexicana está desacelerándose y estancada, para darle seguimiento a mi columna anterior se debe interpretar los datos publicados recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), específicamente el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal. Los más recientes indicadores económicos muestran como la actividad económica de los estados está siendo drásticamente afectada por el incremento en los índices de violencia. Por ejemplo, el estado de Sinaloa a principios de este año tuvo un crecimiento muy positivo en sus indicadores económicos, pero en la última medición no registró crecimiento, mismo período que coincide con el inicio de los conflictos entre las facciones del crimen organizado por la detención de El Mayo.

El 09 de septiembre inició una guerra interna en el cártel de Sinaloa, misma que fue causada por la detención de El Mayo y uno de los hijos del Chapo por autoridades estadunidenses. Sin embargo, en otras partes del país también se registra un aumento en la violencia, los últimos informes de la Secretaría de Seguridad indicaron que en octubre se registraron mil 867 homicidios, lo que se traduce en un 74.6 asesinatos por día. Tan solo en los últimos días se contabilizaron en todo México 389 asesinatos. La violencia afecta directamente a la economía, en especial al sector secundario y terciario poniendo en complicaciones a las industrias encargadas de procesar y transformar las materias primas y a los proveedores de servicios.  

Sinaloa es el mejor ejemplo en el impacto negativo de la violencia en sus indicadores económicos, a principios del 2024 el gobierno estatal sinaloense se enorgullecía de anunciar que la economía estatal había crecido un 7.1% colocándose en el primer lugar nacional, según el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal del INEGI. En ese momento, Sinaloa se había situado por encima de todas las entidades federativas en materia económica, en el primer trimestre del 2024 el dinamismo en la economía en Sinaloa fue empujado por las actividades primarias, mismas que crecieron un 31.1%. Sin embargo, en la actualización del 28 de octubre del INEGI, la economía de Sinaloa tuvo una variación porcentual negativa respecto al trimestre anterior de -1.4 por ciento, el trimestre medido coincide con el inicio de la guerra entre facciones del cártel de Sinaloa. Incluso Sinaloa fue de los pocos estados que tuvieron tasas negativas, solo Tabasco y Campeche tuvieron una tasa menor, -8.7 y -7.3 respectivamente.

La economía de Sinaloa pasó de ser el número uno a nivel nacional a principio de año, a estar entre los tres peores estados a nivel nacional con tasas negativas. Sin embargo, el gobierno federal y estatal minimizan el impacto de la violencia e incluso tienen la osadía de argumentar que no existe una guerra entre narcotraficantes y que el narcoterrorismo no existe en nuestro país. El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya fue cuestionado por los sinaloenses y se inició formalmente la solicitud para revocarle su mandato a Rocha Moya. Esto molestó al morenista y retó a sus opositores a juntar las suficientes firmas, además les ofreció su ayuda porque aseguró que no lo van a lograr. Rocha Moya también fue recibido en San Lázaro por los diputados de morena para cerrar filas y darle su respaldo, asegurando que es un gran mandatario estatal. Mientras que en Sinaloa aumenta el número de asesinatos, tan solo en los últimos días se reportan 25 muertos y cuatro personas privadas de la libertad.

La actividad económica en los estados y a nivel nacional está enfrentando una desaceleración, las proyecciones no son positivas, sino todo lo contrario aún puede empeorar por factores ajenos a nuestro país como la elección presidencial en Estados Unidos. La violencia está jugando un parámetro fundamental para disminuir los índices económicos, las autoridades federales y estatales de nuestro país deben concentrar todos sus recursos y otorgarle la seriedad necesaria para revertir los efectos negativos. Sin embargo, estamos presenciando todo lo contrario, ya que el gobierno está minimizando y politizando un problema que debe ser prioridad en la agenda pública. Por lo que la invitación al lector es para que le ponga fecha a la estrategia del gobierno federal para enfrentar los altos índices de violencia, ya que de seguir por este camino la desaceleración y estancamiento económico serán difícil de revertir, lo que impedirá el crecimiento.