2024/11/06 - 09:23

Emiliano Sesma.- El 5 de noviembre de 2024, el mundo fue testigo de un evento significativo en la política estadounidense: el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales. Este resultado no solo marcó la continuación de su controvertida carrera política, sino que también plantea profundas implicaciones para México, tanto en el ámbito económico como en el político. La reelección de Trump, conocido por su retórica dura y políticas proteccionistas, genera incertidumbre en las relaciones bilaterales y en la estabilidad económica de nuestro país.

Desde el inicio de su primera administración, Trump adoptó una postura clara en contra del libre comercio, lo que se tradujo en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), dando lugar al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Con su reelección, es probable que continúe presionando para fortalecer su agenda proteccionista, lo cual podría llevar a un aumento en las tarifas y restricciones comerciales que afectarían gravemente a la economía mexicana, dependiente en gran medida de las exportaciones hacia Estados Unidos.

La incertidumbre económica también se agrava con la posibilidad de que Trump implemente políticas que favorezcan a la industria estadounidense a expensas de los acuerdos comerciales existentes. Las empresas mexicanas, especialmente en sectores como la manufactura y la agricultura, podrían enfrentar mayores obstáculos para acceder al mercado estadounidense, lo que podría resultar en una reducción de la inversión y el empleo en México. Esta situación se traduciría en un impacto negativo en el crecimiento económico del país y en el bienestar de millones de mexicanos.

En el ámbito político, la reelección de Trump podría intensificar el nacionalismo en la política mexicana. La retórica divisiva y la crítica constante hacia México durante su campaña electoral han generado tensiones que podrían reflejarse en la política interna de nuestro país. Los líderes políticos en México podrían verse presionados a adoptar una postura más firme frente a Estados Unidos, lo que podría complicar aún más las relaciones bilaterales y dificultar la cooperación en temas cruciales como la migración y la seguridad.

Adicionalmente, la administración Trump podría utilizar la presión económica como una herramienta para influir en las decisiones políticas de México. Esto podría incluir la manipulación de la asistencia económica o la amenaza de sanciones comerciales, lo que generaría un clima de inestabilidad política en el país. La dependencia económica de México hacia Estados Unidos lo convierte en un blanco vulnerable a las estrategias de presión que podrían surgir en los próximos años.

En conclusión, el triunfo de Donald Trump en las elecciones de 2024 presenta un panorama complicado para México. Las implicaciones económicas y políticas son profundas y potencialmente perjudiciales, subrayando la necesidad de una estrategia proactiva por parte del gobierno mexicano.  Por lo que la invitación para el lector es para que le ponga fecha al rumbo que deberá tomar nuestro país en materia de política exterior, ya que la diplomacia y la negociación serán esenciales para mitigar los efectos adversos de esta nueva era de relaciones bilaterales, mientras que se busca mantener el crecimiento económico y la estabilidad política en medio de un entorno incierto, esperemos que la presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo en relaciones exteriores tengan el nivel que México requiere para evitar una crisis política y económica por el triunfo de Donald Trump.