2024/11/20 - 10:21

Emiliano Sesma. -El Paquete Económico 2025 se presenta como un compendio de recortes y promesas vacías en un contexto donde la economía mexicana sigue enfrentando serios desafíos. Ante el crecimiento desproporcionado del gasto en 2024, la falta de una reforma fiscal se traduce en un ajuste en la reducción del gasto público. Sin embargo, lo más preocupante, será el aumento en los intereses de la deuda, ya que los mexicanos tendremos que pagar 1.39 billones de pesos en el 2025, lo que equivale al 14.9% del gasto total.

En relación con la reducción del gasto, de 9.22 billones de pesos en 2024 a 9.30 billones en 2025, lo que representa un preocupante descenso del (-)3.3% en términos reales. Este recorte no es solo una cifra en un documento; su impacto se sentirá en la provisión de bienes y servicios esenciales para la población, donde el gasto programable, destinado a satisfacer las necesidades básicas, disminuirá en un alarmante (-)7.3%.

Particularmente, la inversión en infraestructura, un pilar fundamental para el desarrollo económico, sufrirá un recorte de (-)12.7%, pasando de 932.4 a 848.7 mil millones de pesos. Este tipo de ajuste no solo pone en riesgo proyectos vitales para el crecimiento y la modernización del país, sino que también refleja una visión miope sobre cómo se pueden enfrentar los problemas estructurales que aquejan a la nación.

Tal como lo mencionaba, el creciente costo de la deuda se convierte en una carga cada vez más pesada. Los intereses de la deuda aumentarán un 8.5%, lo que significa que el gasto destinado a cubrir esta obligación alcanzará 1.39 billones de pesos en 2025. Esto representará el 14.9% del gasto total, una cifra que no solo es alarmante, sino que subraya la incapacidad del gobierno para gestionar adecuadamente sus recursos.

La Secretaría de Hacienda estima que la economía crecerá entre un optimista 2.0% y 3.0% en 2025, un pronóstico que se aleja notablemente de las proyecciones más realistas de organismos internacionales como el Banco Mundial y el FMI, que sitúan el crecimiento en cifras mucho más modestos. Este desajuste en las expectativas refleja una falta de alineación entre la realidad económica del país y las políticas fiscales propuestas.

En conclusión, el Paquete Económico 2025 no es más que un intento de disfrazar el problema con cifras que, aunque pueden parecer optimistas, no corresponden a la realidad que enfrenta el país. Por lo que la invitación para el lector es que le ponga fecha a la falta de claridad y viabilidad en el PE2025, lo que se traduce en una menor generación de bienestar a la población y una inevitable crisis financiera. La ausencia de una reforma fiscal que incremente de manera sustancial los ingresos del sector público es un factor crítico que se ignora en este paquete. En lugar de abordar los desequilibrios que se han acumulado, el gobierno opta por un ajuste que, en última instancia, repercutirá en la calidad de vida de los mexicanos.