2024/02/21 - 10:14

La escasez de agua que enfrentan la Ciudad de México y el Estado de México es más que una mera advertencia; es un reflejo de la negligencia y la falta de visión a largo plazo por parte de las autoridades y la sociedad en general. La situación actual, con niveles críticos en presas como las del Sistema Cutzamala, exige un análisis crítico de las políticas de gestión del agua y la necesidad imperante de medidas y acciones concretas.

Esta crisis no es un fenómeno repentino; es el resultado de años de falta de inversión en infraestructuras hídricas, así como de la incapacidad para implementar estrategias de conservación y reutilización del agua. La sequía extrema, agravada por la disminución de las lluvias, ha expuesto las deficiencias en la planificación y la gestión de recursos hídricos en la región.

El informe de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y las proyecciones del Organismo de Cuenca Aguas son alarmantes, pero no sorprendentes. ¿Cómo es posible que se haya permitido llegar a niveles críticos de almacenamiento sin una respuesta inmediata y efectiva? La falta de anticipación y la reacción tardía son un testimonio de la falta de liderazgo y responsabilidad.

La posible llegada del Día Cero debería ser un llamado de atención para que las autoridades tomen medidas concretas y de manera urgente. Sin embargo, la predicción de que esto podría ocurrir en junio de este año plantea preguntas incómodas sobre la eficacia de las medidas propuestas y la capacidad real de revertir la situación en tan poco tiempo.

La sequía extrema, que se ha vivido en los últimos años, ha causado estragos en el almacenamiento de las presas, al grado de que las 210 principales que hay en el país y que almacenan el 92 por ciento de agua de los embalses nacionales, actualmente se encuentran al 51 por ciento de su capacidad.

La situación es aún más crítica en el Valle de México, ya que según datos que dio a conocer el Organismo de Cuenca Aguas, el Sistema Cutzamala, que abastece el 25 por ciento del agua que llega a la CDMX y Edomex, actualmente está al 25.8 por ciento de su capacidad general,

El último informe de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) advierte que en la última semana, el nivel de llenado conjunto de las tres presas de almacenamiento del Sistema Cutzamala (El Bosque, Valle de Bravo y Villa Victoria), disminuyó de 40.1 a 39.8 por ciento de su capacidad ordinaria, es decir, un déficit de 37 por ciento a comparación del dato histórico del 29 de enero.

En conferencia de prensa, la directora general del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM), Citlalli Elizabeth Peraza Camacho, informó que el volumen total de los tres embalses se ubica en 311.5 millones de metros cúbicos. Asimismo, detalló los datos por presa.

Así se encuentra hoy el nivel de almacenamiento en los embalses del Sistema Cutzamala:

El Bosque: se redujo a un 60.2 por ciento.

Villa Victoria: incrementó a 30.2 por ciento.

Valle de Bravo: disminuyó a 33.9 por ciento.

Además, las proyecciones de la ONU y la AgUAM (red de investigación en agua de la Universidad Autónoma Metropolitana) para 2028 no hacen más que subrayar la necesidad urgente de un cambio fundamental en la forma en que abordamos la gestión del agua. Si no se implementan medidas significativas y sostenibles, el Día Cero se convertirá en una realidad inevitable.

La responsabilidad no recae únicamente en las autoridades; la sociedad también debe cuestionar su propio papel en esta crisis. El despilfarro y la falta de conciencia sobre el uso responsable del agua son problemas arraigados que deben abordarse de manera urgente.

En conclusión, la crisis hídrica en la Ciudad de México y el Estado de México es un recordatorio doloroso de la necesidad de una planificación cuidadosa, inversiones adecuadas y una acción inmediata. La llegada del Día Cero es una llamada de atención para todos, la concientización, la inversión en infraestructuras hídricas y la adopción de prácticas responsables son cruciales para evitar una crisis aún más profunda en los próximos años.