2024/01/10 - 15:46

En medio de la hermosa pero desafiante tierra del norte de Veracruz, la Cruz Roja Mexicana se encuentra enfrentando una encrucijada que pone en riesgo su presencia y, más crucial aún, la prestación de servicios esenciales en numerosos municipios. La crisis financiera que viven muchas delegaciones en el estado de la Benemérita Cruz Roja, obligó al delegado estatal, Oswaldo Ficachi Figueroa, a transformar 20 delegaciones en Centros de Operación de Emergencia (COE), casi la mitad de las delegaciones regionales que operan en el estado.

Esto significa que los servicios vitales como la atención prehospitalaria y los traslados en ambulancia desaparecerán, para dar paso a centros de operación en situaciones de emergencia. Municipios como Naranjos-Amatlán, Ozuluama, Chinampa de Gorostiza, Tamalín, Tantima, Citlaltépetl y Chontla, entre otros, verán con tristeza el cierre de sus delegaciones y es que la disminución de donativos, consecuencia directa de la crisis económica que azota al país, tiene en la inoperatividad a estos centros de servicios prehospitalarios.

La Cruz Roja, una institución que durante décadas ha sido sinónimo de socorro y ayuda, ahora se encuentra en una lucha por su supervivencia y trasciende las puertas de las delegaciones afectadas, ya que la capacidad de respuesta a emergencias en toda la región, será muy complicada, ya que en el mes de noviembre del año pasado la delegación de Poza Rica, que estuvo dando servicio a la sociedad por más de 80 años, cerró sus puertas y durante el mes d diciembre la sociedad pozarricense resintió el servicio que prestaban en auxilios a los habitantes del municipio petrolero.

El último día de noviembre las delegaciones de San Rafael y Gutiérrez Zamora, también cerraron sus delegaciones, y este lunes fue Vega de Alatorre en donde la delegación de Cruz Roja bajó la cortina y se despidió del ulular de las sirenas de emergencia. Trascendió que las delegaciones que podrían sufrir esta transformación son Pueblo Viejo, Tempoal, Tihuatlán, Palma Sola, Naolinco, Perote, Cardel, Huatusco, Piedras Negras, Lerdo de Tejada, Tierra Blanca, Isla, Acayucan y Jáltipan.

Esta situación plantea un reto significativo para la Cruz Roja y la capacidad de respuesta a emergencias en la región, generando la necesidad de que la sociedad y las autoridades locales se involucren de manera activa para garantizar la continuidad y calidad de los servicios de atención médica y de emergencia.

En medio de la adversidad, surge un rayo de esperanza. Existe la posibilidad de que la comunidad se involucre más activamente en la atención de emergencias. Y que sea en los mismos Centros de operación de Emergencia, en donde se capacite a comunidades, escuelas y padres de familia para construir una comunidad resiliente que enfrente las adversidades.

Es momento de que la sociedad y las autoridades locales se unan en solidaridad, la atención médica y de emergencia no debe ser un lujo reservado para unos pocos, sino un derecho fundamental para todos. La crisis financiera no solo amenaza con cerrar delegaciones, sino también con apagar la llama de la solidaridad que ha caracterizado a la Cruz Roja.

Nuestros municipios, nuestros vecinos, merecen más que un servicio de emergencia limitado. Merecen la certeza de que, en los momentos más difíciles, habrá manos amigas y profesionales listas para brindar ayuda. La resiliencia comunitaria no es solo una estrategia, sino una necesidad imperante.

Instamos a la sociedad a unirse, a donar generosamente, a participar en la capacitación propuesta y a exigir a las autoridades acciones concretas para salvaguardar la presencia y efectividad de la Cruz Roja en nuestra región. En estos tiempos difíciles, la unidad y la solidaridad se convierten en nuestros mayores aliados para superar las adversidades y garantizar que la Cruz Roja Mexicana continúe siendo un faro de esperanza en nuestras comunidades de Veracruz.