2025/06/11 - 09:48

Tiene en contra a las leyes tan cual, sin falsas interpretaciones; tiene en contra a la realidad, que insiste en no ser como él y sus corifeos insisten; tiene en contra a la historia de la Universidad Veracruzana, llena de autoridades prestigiadas que transformaron e impulsaron a nuestra máxima casa de estudios.

No tiene a su favor los indicadores de calidad y de cobertura, que han caído estrepitosamente en los cuatro años en que ha estado al mando.

Carga sobre sus hombros la losa del prestigio que ha perdido la otrora orgullosa universidad de todos los veracruzanos; la dura certidumbre de que las cosas han ido para mal con su conducción.

Se oponen a él los tres rectores de la autonomía: Víctor Arredondo Álvarez, Raúl Arias Lovillo y Sara Ladrón de Guevara González, y también muchos ex consejeros de la Junta de Gobierno: José Sarukhán Kermez, Diego Valadés, Esteban Moctezuma Matus, Rolando Cordera, Adalberto Tejeda Martínez, Ricardo Corzo, Alberto Olvera…

No comulgan con su intención de prorrogarse en su mandato otros cuatro años los aspirantes a participar en el proceso de sucesión del Rector, como Marisol Luna, Rafael Vela Martínez, el prestigiado doctor Jorge Manzo Denes.

Tampoco, decenas de académicos que expresan con libertad su mala opinión respecto de su rectorado… y muchos miembros del presuntamente cooptado Consejo General Universitario.

Menos lo quieren los egresados de la querida alma mater que esperan una autoridad que le dé brillantez y rumbo al arte, a la ciencia y a la luz que derrama beatífica nuestra mayor casa de estudios.

Y lo malquiere un cúmulo enorme de estudiantes que han tenido que padecer por la falta de capacidad de la autoridad universitaria para establecer las mejores

condiciones con el fin de que estudien y terminen decorosamente sus carreras, para que el término de la licenciatura se pueda dar en cuatro años y no en cinco o seis porque el MEIF no termina de poner reglas claras y precisas.

El MEIF… el Modelo Educativo Integral y Flexible que no es ninguna de esas cosas y ahora faltando dos meses para el término de su mandato pretende ponerse a mejorar como no lo hizo en todo el cuatrienio que tuvo para trabajar en él.

No lo quiere seguramente la gobernadora Rocío Nahle, porque ella se asume como una defensora de las democracias, la universitaria como una de las más importantes.

A Martín Aguilar, Rector terminal de la UV, solamente simulan quererlo los beneficiados de sus prerrogativas por encima de la ley, los comprados con el dinero que debía ser destinado a mejoras universitarias, las víctimas de las presiones autoritarias de los funcionarios a su servicio, los espantados ante la amenaza de perder su puesto o su base.

Nadie lo quiere en realidad. Todos están en su contra. La comunidad lo repudia en sus intenciones malsanas.

Y sin embargo va a insistir en que la Junta de Gobierno le dé la prórroga inmerecida e ilegal.

No quiere entender que va a despertar a un tigre que ha estado dormido por años, pero que es temible en su fuerza y en sus acciones.