2024/05/07 - 10:55

Las preguntas del primer debate, por lo escueto de las mismas, representaron un alivio para la candidatura que tiene menos conocimiento de los contextos, problemáticas y causas de cada región del estado; y todos sabemos por honestidad intelectual cual es la persona menos experimentada en los temas concernientes al estado. El debate fue ganado por José Yunes, eso es evidente; pero la opción del desarraigo se benefició porque pudo salir aún más exhibida su ignorancia sobre Veracruz, si hubiera habido más agudeza en el cuestionario. 

El ejercicio democrático de los debates debe ser reflejo fidedigno de las preocupaciones, intereses y realidades que enfrentan los ciudadanos en su vida cotidiana. Las preguntas son el instrumento principal a través del cual se puede evaluar la capacidad de los aspirantes a gobernar y liderar, así como su comprensión de los problemas y desafíos que enfrenta la sociedad. Configurar preguntas adecuadas requiere de una gran pericia, los cuestionamientos deben ser lo suficientemente desafiantes como para poner a prueba el conocimiento, la experiencia y la capacidad de análisis de los candidatos. Veracruz ya ha pagado el costo de un gobierno de improvisados, corruptos e ineficientes.

Un cuestionamiento bien elaborado puede revelar no solo el nivel de preparación y conocimiento específico de cada candidato sobre determinados temas, sino también su capacidad para pensar de manera crítica, argumentar coherentemente y comunicarse de manera efectiva con el electorado; cuestiones que se le complican a una persona que se empeña más en leer el guion que le escribieron sus amanuenses. Las respuestas a estas preguntas no solo ofrecen información sobre las propuestas y visiones de los candidatos, sino también sobre su integridad, su capacidad de liderazgo y su compromiso con los principios democráticos.

En un contexto político donde la retórica vacía y las promesas sin fundamento son moneda corriente, las preguntas bien formuladas permiten a los ciudadanos distinguir entre aquellos que están realmente comprometidos con el servicio público, y aquellos cuyo único objetivo es el poder y el beneficio personal.

Las preguntas planteadas versaban sobre temas importantes pero abordados de forma superficial, porque adolecieron de mayor precisión y contexto con las realidades regionales de Veracruz. Más aún, al compararlas con el primer debate presidencial, en el que las preguntas surgieron de una consulta popular y se destacaron por su agudeza (hasta López Obrador se enfureció porque las preguntas representaban la exhibición del fracaso de su gobierno), resulta evidente que no se puede desaprovechar la oportunidad de enriquecer el debate político en Veracruz. La percepción de que se favoreció a una candidata en particular al presentar cuestionamientos genéricos y poco exigentes es preocupante. Es imperativo que el OPLEVER replantee su enfoque y adopte una dinámica de debate que garantice la rigurosidad y la exigencia necesarias.

Como si se tratara de un examen para la obtención del grado académico de doctorado, un gobernador debe ser un verdadero "veracruzanólogo", alguien que entienda las complejidades y las necesidades de la entidad y esté comprometido con su desarrollo y bienestar. Los sinodales que pueden contribuir con el OPLEVER para formular las preguntas con agudeza y no con simpleza o vaguedades, la curaduría del cuestionario puede estar en la academia, el periodismo, los sectores productivos, las empresas, los sindicatos, los colegios de profesionistas, las sociedades de padres de familia, los colectivos estudiantiles, los gremios culturales y organizaciones de la sociedad civil en general.

Espero que el OPLEVER tome en cuenta estas consideraciones y se comprometa a organizar un debate que esté a la altura de las demandas y expectativas de los veracruzanos. La democracia exige transparencia, imparcialidad y calidad en sus procesos, y es responsabilidad de todos velar por su cumplimiento.

CORTESANOS: Ejemplos de preguntas realizadas en el debate presidencial:

1. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, un país debe destinar 6% del Producto Interno Bruto en su sistema de salud pública. México está por debajo del 3 por ciento. Y en términos presupuestales, nuestro país destina 11% cuando el promedio en la OCDE es del 15 por ciento. ¿Usted considera que debe invertirse más en el sistema de salud pública?, y de ser así, ¿cómo lo haría?
2. ¿Cómo se deben asignar los contratos de obra pública para transparentar la inversión, reducir los mochesy la corrupción que de ahí se deriva?

¿Cómo respondería a la pregunta 2 la señora de Zacatecas?