Misantla, Ver. | 2025/03/27 - 10:00

Fernando Trinidad.- El pasado 24 de marzo, se conmemoró el 139 aniversario de la fundación de la Congregación de las Hijas Mínimas de María Inmaculada, institución religiosa establecida por el Padre Pablo de Anda Padilla en la ciudad de León, Guanajuato, en el año 1866 un 25 de marzo. Este aniversario es una ocasión importante para recordar y honrar el legado de su fundador y el impacto que ha tenido esta congregación en la comunidad.

Con motivo de esta celebración, la comunidad estudiantil y los padres de familia del Colegio La Paz de Misantla, que forma parte de esta congregación mariana, se reunieron para asistir a una misa solemne en honor a tan significativa fecha. La ceremonia no solo sirvió como un acto de devoción religiosa, sino también como una oportunidad para reflexionar sobre la misión y los valores que la congregación ha promovido a lo largo de los años.

Durante su discurso, la Madre Guadalupe Espíndola, una de las figuras prominentes de la congregación, destacó la incansable labor del Padre Pablo de Anda Padilla. Reconoció su dedicación y esfuerzo por apoyar diversas causas sociales y su compromiso inquebrantable con la calidad educativa.

La Madre Guadalupe subrayó el desafío y la responsabilidad que tienen los miembros actuales de la congregación y la comunidad educativa para continuar con el legado del Padre Pablo, promoviendo una formación integral que abarque tanto los conocimientos académicos como los valores humanos y espirituales.

La Congregación de las Hijas Mínimas de María Inmaculada ha sido un pilar en la educación y en el servicio social, brindando apoyo y formación a generaciones de jóvenes y contribuyendo al desarrollo de sus comunidades. Este aniversario no solo celebra la historia pasada, sino que también renueva el compromiso de seguir adelante con su misión de servicio y educación de calidad, inspirados por los ideales de su fundador.

En el Colegio La Paz de Misantla, la celebración del 139 aniversario fue un momento de alegría, reflexión y gratitud. La comunidad entera se unió en un espíritu de hermandad y fe, reafirmando su devoción a María Inmaculada y su compromiso con la educación y el servicio. La ceremonia concluyó con un emotivo canto mariano, dejando a todos los asistentes con un renovado sentido de propósito y dedicación.

Así, el 139 aniversario de la Congregación de las Hijas Mínimas de María Inmaculada se convierte en una ocasión para mirar hacia el futuro con esperanza, guiados por la luz de su rica tradición y el ejemplo del Padre Pablo de Anda Padilla.